lunes, 15 de noviembre de 2010

ASTORGA - BARCELONA

ASTORGA - BARCELONA
16 de Mayo, lunes


"El regreso"

A las ocho en punto salimos del albergue en donde nos guardaran las mochilas hasta las once, mientras desayunamos leyendo la prensa en un bar cercano, que por cierto está a rebosar de peregrinos, ellos salen ligeros mientras nosotros, hoy ya con toda la calma, saboreamos nuestro suculento desayuno.

Paseamos junto a la muralla, hace un sol muy agradable y nos sentamos un rato en un parque, debajo del albergue, algunos maragatos hacen footing, probablemente antes de ir al trabajo.


Cuando calculamos que han abierto las tiendas vamos al centro para hacer algunas compras, hojaldres, mantecadas, pimentón....


¡Mirad como ha quedado mi mochila con todo lo que he comprado!



Visitamos la catedral, que por fin encontramos abierta y luego regresamos al Albergue para recoger nuestras mochilas y tomar camino de la estación.

Llegamos con tiempo y nos dedicamos a leer. Se nos acerca una viejecita y nos pregunta:

-¿A que hora viene el tren?
- ¿Qué tren?, le respondemos
- El vuestro
- A las doce treinta
- ¿Y que hora es?
- Son las doce, le digo
- Ahhhh vale.

Y sin decir nada más se va de la estación, con el mismo paso cansino con el que ha venido.

Bueno y con todo eso a la hora en punto llega nuestro tren, que sin incidentes nos devolverá a nuestra casa.

Ahora si que damos por terminado "Nuestro Camino", aunque algún día haremos la etapa inicial: Sant Jean pied de port - Roncesvalles y es que nosotros como el cocido maragato, vamos al revés, ¡ja, ja!.

Ahora en serio, ha valido la pena. Para cada peregrino el Camino tiene un sentido especial, he pensado mucho que ha significado para mi. No sabría decirlo, en resumen, todo lo que me ha podido aportar; ha sido ante todo la superación de un reto, un encuentro conmigo misma, que me ha dado tiempo para pensar, no en cosas trascendentales, no, pero si en las cosas pequeñas que van transcurriendo en el día a día, las horas de marcha relajada por sendas, andaderos, montes, bosques, aldeas, gentes... es algo a lo que, yo por lo menos no estaba habituada, y han sido tantas horas, tantos días. Creo que ya lo he dicho en alguna de mis entradas, en mi opinión todo el que pueda debería hacer el Camino, cada uno a su aire, como más le apetezca, en la forma en que se sienta mejor, os aseguro que vale la pena. Y a todos los que os decidáis os deseo:

¡¡¡BUEN CAMINO!!!


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