Etapa: 31,3 Km.Hora de salida las 07:20, el día está nublado pero no hace frío. En las proximidades de Salceda,
pasamos por el Monumento a Guillermo Watt, peregrino que falleció en el Camino el año 1993 a tan solo una jornada de Santiago. Proseguimos. Tras pasar el Alto de Santa Irene, paramos a desayunar en el pueblo del mismo nombre. A las 11:00 reanudamos la marcha. Hoy pensamos alojarnos en un albergue llamado A Porta de Santiago, en Pedrouzo. Caminamos y caminamos,
al pasar por Amenal tenemos claro que algo va mal incluso preguntamos a unos peregrinos y nos dicen que no nos preocupemos que vamos bien, llevamos muchos más kilómetros de los que yo había calculado, ¡qué raro!, por fin a lo lejos leemos A porta de Santiago, pero la casa en la que está el letrero no parece un albergue más bien un bar, entramos y nos dirigimos a la barra a preguntar por el albergue, la chica a la que preguntamos nos mira con cara de pena y con su mejor acento gallego nos dice “se pasaron cinco kilómetros”, “¿y el próximo?”, preguntamos, nos dice que a ocho kilómetros, estamos reventados, pero no nos queda otra cosa que seguir, por supuesto todo menos volver atrás. 
Eso si en esta jornada caminamos por maravillosos bosques de eucaliptos y robles,
son muchos los hórreos que encontramos a nuestro paso
típicas construcciones en piedra
A las 14:45 H. con 32 K. a la espalda vemos un letrero que pone Casa Rural, Casa de Amancio, no lo pensamos dos veces, en ese momento no sabemos ni donde estamos, pero nos da igual.
Pedimos habitación y nos alojan en un bungalow, que es realmente una monada, consta de una pequeña sala de estar con un rincón de cocina equipado, un dormitorio y un baño, además 
tiene una pequeña salida por la parte de atrás , con vistas a un hórreo.
Comemos en la misma Casa Rural, ¡bueno!, es que en el pueblo, que al final nos enteramos que es Villamaior, no hay ni tan siquiera una diminuta tienda, por lo que comida, cena y desayuno los hacemos allí, aprovechamos para descansar, el día sigue nublado, sólo en algún momento aparece un tímido sol, que nosotros aprovechamos en el jardín.
Coste de la Casa rural: 35 Euros
Como estaba comenzando la primavera, las flores empezaban a despertar del letargo del invierno, al principio sólo las retamas blancas y amarillas nos acompañaban, pero a medida que íbamos bajando flores multicolores animaban nuestro paso.
Paraba constantemente a hacer fotos a las flores, bueno eso de parar es un decir, más bien las hacía como podía mientras caminaba.
En una de las etapas nos adelantó un peregrino coreano, iba solo, enseguida lo perdimos de vista, al cabo de un rato yo paré para fotografíar un campo precioso recubierto de yerba muy alta y cuajado de flores, puse el zum a mi máquina y ¡oh sorpresa!, ¿que era lo que veía? en medio del prado estaba el peregrino coreano sentado en la posición del loto meditando. Aún nos adelanto un par de veces más, y dos veces más lo encontramos sentado en la misma posición muy concentrado, y es que claro el espíritu del Camino es diferente para cada persona.
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