
Etapa: 27,2 Km.
A las 7:15 empezamos a andar. Aproximadamente a la media hora de andar en una bajada a buen ritmo me enredo con el bastón de mi marido y me pego tal batacazo, que me abro el párpado y me hago una rascada en toda la mejilla, brazo y rodilla.

Al llegar a Triacastela preguntamos, pero resulta que por ser domingo el ambulatorio está cerrado.


Atravesamos el Alto de Riocabo e iniciamos el descenso que no parará hasta Sarria, pasamos por Montán y su fantástico bosque en el que las especies más destacadas son el roble, el castaño y el abedul , también hay fresnos y arces.


Al llegar sin más nos dirigimos al Ambulatorio, no me hacen esperar y me atienden un médico y una enfermera súper amables, me desinfectan bien y me ponen un par de puntos en el párpado, el mismo médico nos indica un lugar para comer, el Roma junto a la estación, nos dice que allí es donde tienen la mejor carne. Nos llegamos hasta ese restaurante con nuestras mochilas y yo con una cara que parece haya terminado un combate de boxeo, hace mucho calor.
En el restaurante que tiene muy buena pinta, hay una larga cola, por lo que no esperamos y retrocedemos hasta una cafetería que hemos visto al pasar, la cafetería Polo, allí tomamos unos platos combinados y sin más salimos a la busca de Albergue, nos dirigimos a la Calle
Es una antigua casa rehabilitada que pertenecía al médico de la población, es un lugar muy agradable con un bonito patio, un par de salas de estar e incluso un solarium.
Después de duchas, coladas, conexiones a Internet, compras y curas de pies, hacemos una cena ligera a base, como siempre, de frutas, yogures y en este caso una porción de empanada.
Lo de “las curas”, merecería un capítulo a parte. En los albergues, como ya os he contado, durante el Camino es normal ver a los peregrinos curándose los pies, poniéndose pomadas hidratantes, drenándose las ampollas con hilo y aguja, o simplemente masajeándose pies y piernas, y es que si los pies no están bien no se puede seguir, por eso es muy importante dedicarles el rato que precisen.
En este albergue nos volvemos a encontrar con nuestro amigo holandés, aquel con el que vamos coincidiendo a lo largo del Camino, nos extraña pues él va solo y a un ritmo bastante superior al nuestro, nos comenta que ha estado enfermo, por lo visto algo le sentó mal y ha estado bastante fastidiado, la verdad es que está más delgado.

A las 10H. nos vamos a dormir, estamos instalados en una habitación de tres literas, que compartimos con tres alemanes de Hamburgo.
Coste del Albergue: 7 Euros
Y hoy.... Animales del Camino.

En cuanto a hacer el Camino con perros, que se es algo que inquieta a muchos peregrinos, yo no he visto nunca ninguno en los albergues, si alguien decide caminar junto a su mascota, yo sugeriría que antes llamará para preguntar. De no poder instalarse en albergues, probablemente encontrará alguna pensión u hostal en el que admitan perros, pero insisto consultar antes.
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