domingo, 25 de octubre de 2009

ETAPA IX AIREXE - MELIDE

Miércoles 7 de mayo de 2009


Etapa: 22,4 Km.
Salimos a las 7:00 , pasamos a desayunar al Conde de Waldemar pero aún está cerrado por lo

que con niebla espesa iniciamos la etapa, el paisaje está precioso. Mi marido sigue con la planta del pie algo fastidiada, las ampollas están dando la lata, por lo que es él quien marca el paso.

A las 8:00 pasamos por Mamurria, cruzamos bosques cuajados de altísimos árboles debajo de los cuales llueve, y es que la niebla es muy espesa y condensa en las hojas de los árboles. El goteo es una auténtica lluvia, que cesa totalmente al salir del bosque.


A los cinco minutos vemos el primer Cabeceiro , está junto al mesón O’Brea, en Leboreiro , uno de los pocos que vamos encontrar en el Camino. Para el que no sepa lo que es (una forma primitiva de hórreo), le puede parecer, como a mí, una gran caracolera, hecha de ramas de salgueiro; frente a él podemos contemplar la iglesia románica de Santa María.


Al poco llegamos al Alto del Rosario, donde empieza un andadero junto a la carretera, para seguir después otra vez por el Camino, hasta llegar a la zona de Os Xacotes donde hay un albergue de la Xunta. Allí desayunamos acompañados de nuestros amigos granadinos, estamos un rato juntos y luego cada uno sigue a su paso, esperamos encontrarnos por la noche en Melide.


A las 9:40 pasamos por el mojón de San Xulian que nos anuncia 62,5 Km. A Santiago. Luego pasamos por Casanova, último pueblo habitado de la provincia de Lugo, y efectivamente


al cabo de media hora entramos en la provincia de A Coruña y poco después en Leboreiro, en el Codex se denomina a esta aldea Campus Levurararius, aludiendo a la abundancia de liebres,



allí admiramos su cruceiro que preside la enlosada calle Mayor, y también la iglesia de Santa



María, por cierto ante ella encontramos otro Cabeceiro.


Seguimos nuestro camino, siguiendo el descenso hacia Furelos, pasamos por su puente románico de cuatro ojos desiguales


y a los dos kilómetros de Furelos, a las doce en punto llegamos a Melide, población que ocupa el centro geográfico de Galicia.


El pie de mi marido está aguantando bien. Con mucho calor atravesamos el pueblo hasta llegar al Albergue, allí nos encontramos con que no abre hasta la una, y como han fumigado sólo abrirán 48 camas, no tenemos problema somos los cuartos. Como es habitual dejamos las mochila haciendo cola, mientras los peregrinos nos sentamos a la sombra a descansar, tenemos calor y estamos cansados, supongo que la temperatura influye, nos apetece un montón algo fresco y una buena ducha.


Pero…¡vaya que lista es la gente!, sentados en los bancos situados a ambos lados de la entrada del Albergue nuestro ojos se fijan en los grandes carteles que tenemos justo enfrente, donde leemos Hostal Continente, habitación con baño y TV, debajo está el teléfono, a mi marido se le hace la boca agua y es que además retransmiten una semifinal de fútbol en la que juega el Barça (supongo que a estas alturas ya os habréis dado cuenta que a mi marido le gusta el fútbol) nos miramos sin decir nada, hasta que yo digo: “¿Pregunto? y mi marido sin pensárselo dos veces responde: pregunta, pregunta.

Total que reservamos habitación y allí que nos vamos, hemos de atravesar todo el pueblo otra vez pero los pies no andan más bien vuelan. Ducha, colada, tender en un precioso prado y a comer.

Cuando llegábamos a Melide, sudorosos y cansados, hemos pasado por la puerta de un restaurante, en el que un camarero estaba cortando el pulpo recién sacado de la olla, y nos ha hecho probar un trozo, y nos ha cantado las excelencias de su local, así que una vez instalados en el hotel volvemos a aquella pulpería, …. Y nos ponemos las botas, mmm… ¡qué bien comemos!, la elección ha sido un acierto, el restaurante es La Garnacha y allí tomamos pulpo,

por si no lo sabéis Melide es famosos por sus pulperías, además pedimos cachelos, pimientos de padrón, una gran ensalada y todo regado con un buen Albariño. Nos encontramos a unos peregrinos ciclistas que han estado en la Casa Rural de Airexe con nosotros, que salen también encantados de su comida.

Es el primer día que dormimos tranquilamente la siesta y que bien nos sienta. Antes de salir a dar una vuelta por Melide, hago las curas del pie del lesionado, yo ya no sé que hacerle y me parece infectado, salgo a comprar algo para la cena y se me ocurre preguntar si hay ambulatorio en la población, resulta que estamos al lado, ahora sólo me queda convencerle, empresa no fácil, total que por fin nos vamos para que el médico le vea el pie. Nos dice que no está infectado que está bien cuidado y nos da unos esparadrapos especiales y un material para almohadillarle el pie. Yo me quedo más tranquila.

A la 11:30 apagamos la luz.

Coste del Hostal en habitación doble 30 Euros


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Y hoy.... Peregrinos en el Camino

Empezaba un artículo que Anxo Lugilde publicó el pasado 16 de Agosto en La Vanguardia: "En 1962 el escritor Álvaro Cunqueiro se lanzó al camino de Santiago en un Seat 600 para escribir unas crónicas. En O Cebreiro, la mítica entrada de la ruta de Galicia, le dijeron que hacía dos años que no pasaba un peregrino."

Nada que ver en la actualidad. Teniendo en cuenta que nosotros como ya he dicho hemos hecho el Camino en abril/mayo y que no siendo ni mucho menos la época más concurrida, han sido muchos, yo diría muchísimos los peregrinos que hemos encontrado. Lo que más hemos encontrado han sido alemanes, también franceses, ingleses, muchos coreanos y peregrinos de Japón, Nueva Zelanda, Finlandia, Brasil... Por supuesto que había españoles, pero yo diría que no eramos mayoría.

Muchos peregrinos eran personas mayores probablemente jubilados, aunque también había jóvenes y bastantes que hacían el Camino en solitario.

El peregrino en la mayoría de los casos se comporta respetuosa y solidariamente y es muy agradable intercambiar impresiones con aquellos con los que vas coincidiendo.

"Buen Camino" es el saludo que se intercambia entre los peregrinos sean de la nacionalidad que sean, también los habitantes de los pueblos se dirigen a ti con estas palabras cuando te cruzas con ellos.. Si, realmente la frase que más he oído en los doce días que ha durado nuestro periplo por tierras leonesas y gallegas, sin lugar a dudas ha sido:


"Buen Camino"

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